Las personas autistas tenemos diferencias en nuestras capacidades y necesidades, igual que los seres humanos no pueden respirar bajo el agua sin ayuda. Las etiquetas de funcionamiento crean una situación en la que necesitar cosas diferentes al resto es malo (bajo funcionamiento), y no necesitar nada diferente es bueno (alto funcionamiento).
Estas etiquetas que dividen a los
autistas en “alto funcionamiento”/Asperger y “bajo funcionamiento” en
realidad están clasificándonos en función de lo “normales” que
parecemos.
Se nos compara con las personas alistas y
se nos premia cuanto mejor sabemos fingir no ser autistas. Mientras
tanto, las personas que no quieren o no pueden fingir sufren insultos y
mofas en el mejor de los casos y abusos y torturas en el peor.
Además, no hay literatura clínica que valide la utilidad de las etiquetas de funcionamiento.
Este es un fragmento de un, muy interesante, artículo en Autastica.
El artículo completo está aquí El daño que hacen las etiquetas de alto y bajo funcionamiento. por si lo quieren leer está muy completo.